Hollar la huella

29 septiembre 2014

CARMEN CALVO

Carlos Cánovas. A propósito… / Regarding… Carmen Calvo (La niña bonita / Pretty Girl, 2007), Bilbao, 2014

«La aparición irrepetible de una lejanía…. En la huella nos apoderamos de la cosa, el aura se apodera de nosotros«. Dicho de otra manera, también por el mismo Walter Benjamin, la huella es cercanía, el aura lejanía. Para la fotografía, que es huella, el aura debería ser algo inalcanzable. La naturaleza de lo fotográfico obligaría a una búsqueda de lo «aurático» -con toda probabilidad estéril- en su esencial cercanía, en su epidermis.

Ocurre sin embargo que «lo profundo es la piel», como dejó dicho el poeta. Recordando a Goethe, escribe Alfonso de la Torre en el catálogo de Carmen Calvo Buscaba lo que se pierde»), se trataría de aislarse en la imagen para penetrar en ella, quizás para identificar una nueva imagen o, al menos, para advertir la existencia de planos diferentes en su interior. No es posible una definición precisa del aura, ni siquiera para el propio Benjamin lo fue. Sabemos que existe, y que está ahí. Podemos aceptar su naturaleza espectral, y seguramente convenir que cada uno de nosotros tiene su particular forma de percibirla, más allá de la superficie, pero sólo a través de la superficie.

En ese espacio vano, bajo la piel sensible de las imágenes fotográficas, que son las que a mi me interesan más, el esfuerzo por aprehenderla tiene el sustrato patético de toda actividad artística. Patético y a veces hasta un tanto cómico. Surge siempre el muro de lo inalcanzable, que obliga a vadear el río. Podemos hablar entonces de muchas cosas: del diálogo de materiales diversos, de desafíos espacio-temporales, de creación de una nueva y poderosa realidad, de derivas metafísicas, de un sentimiento trágico y hasta de claves humorísticas. Como decía al comienzo, de cercanías y de lejanías, de huellas y espectros. De auras.

Más allá de la pura estética, también indefinible y difusa, tal vez lo que importa es el equilibrio entre el desaliento y la compulsión de hacer. La necesidad, nada racional y a la vez sólo racional, de alcanzar, desordenando un poco el título de la artista, «las sombras que el ojo acepta». Que son todas. Buscar alguna cosa lejana buceando en la superficie de la imagen próxima que es una fotografía. En el buen sentido, hollar la huella.