26 julio 2014
Terminaba de visitar la exposición de la colección Álvarez Sotos, que conocía en parte desde que la vi en Huesca, hace algunos años. Siempre me llaman la atención las extrañas asociaciones de imágenes que el azar y los designios del coleccionista ocasionan. Las dos últimas fotografías de la muestra me deparaban uno de esos emparejamientos que no sé si odio o deseo: Bernard Plossu (México D.F., 1966) y John Kimmich (Chicago, 1993).
Que Plossu es uno de los grandes fotógrafos de la segunda mitad del siglo XX no es ningún descubrimiento. “La mía es una forma de pensar la fotografía sin concepto, de hacer la fotografía de cada momento”, declaraba no hace mucho tiempo. En realidad, lo suyo es un concepto de la fotografía con voluntad de convertir cada momento en imagen: “Ya no puedo no ver”.
Queda lejos el año 1966, es casi medio siglo. Han pasado muchas cosas. Esta temprana fotografía de Plossu en su primer viaje a México podría resumir buena parte de su trayectoria. Es un momento decisivo sin imposturas geométricas, un momento “in between” cargado de seducción.
“Es el clima alrededor de un lugar lo que veo”. En Plossu el tiempo es muchas cosas a la vez. Es un instante prolongado, que quiere ser retenido, es un tiempo “atmosférico” que nos transporta, y es un tiempo emocional que nos cautiva.