(2017-2022)

La serie «Naturaleza y control» se centra de nuevo en la idea de separación. La tapia, la valla, la barrera…, pero ahora no se trata de un obstáculo, sino más bien de un escenario en el que la naturaleza desempeña el papel que le hemos asignado. Es verdad que cuanto más humanizado es este papel, tanto más pierde aquella sus rasgos esenciales. El escenario, como separación que es, establece siempre una distancia. Podríamos decir que son imágenes «teatrales». La imposición del hombre sobre la naturaleza se suele manifestar por medio de figuras geométricas que buscan delimitarla, que intentan someterla, civilizarla. La relación que se propone con la escena a partir otra vez de situaciones banales e insignificantes, parece circunscribirse a un espacio puramente estético. Pero, como en el resto de las series que he dedicado a las plantas, es un espacio insuficiente, que apunta a la necesidad de otro ámbito más allá de la imagen.

All of the work centers once again on the idea of separation. The wall, the fence, the barrier…, but now it is not so much an obstacle but rather a stage, a stage on which nature performs the role which has been assigned to it. It is true that the more this role is humanized, the more it loses its essential traits. The stage, as the separation that it is, always imposes a distance. We could say that they are «theatrical» images. The relationship that it is proposed whit the scene, based on banal situations and, in the sense that was expressed earlier, insignificant ones, seem to be dealing exclusively with a purely aesthetic space. Obviously, it is an insufficient space, but as in the rest of the series that I have dedicated to plants, it is an insufficient space which points to the need for another sphere, beyond that of the image.