(1981-1992)

En las «Dolientes», la humanización de la naturaleza se centraba en una «pequeña tragedia», como alguien dijo. Yo quise sugerir que a las plantas puede «dolerles humanamente» el destino que les ha asignado la civilización, no muy lejano del asignado a la naturaleza. Su dolor tiene una presencia sombría, la que precisamente me conmovió. Por lo tanto, ni siquiera el nombre, ni siquiera la imagen. Parafraseando, que «lo que importa es lo que hay antes de la imagen, después de la imagen ya todo es imagen.» (Carlos Cánovas, 1991)

In the series «Aching Plants» the humanization of Nature focused on a «tiny tragedy», as someone said. I wanted to suggest that to plants «humanly hurts» fate assigned to them by our civilization, not too far from that one assigned to Nature. His pain has a shadowy presence, that touched me. Thus, not even the «nomen», not even the image. Let me say, paraphrasing, that «what matters is what’s before image, after image everything is image.» (Carlos Cánovas, 1991)